lunes, 11 de marzo de 2013

Hacer dieta cuesta más


    Una excusa que muchas veces he escuchado en este largo transitar es que no se puede hacer dieta si no se cuenta con una cantidad equis de ingresos.  Y si, eso es muy cierto, seguir una dieta estricta implica un gasto exagerado de dinero. 

   “Hacer dieta” es un proceso temporal, cuyos objetivos son medibles, pero muy pocas veces perduran.  Entonces en este panorama, hacer dieta es un gasto exagerado que dura poco tiempo. Cuando dejemos de hacerla y volvamos a nuestra alimentación “normal” el peso volverá.

Les doy un dato: más económico, duradero, sano, y provechoso es dejar las dietas en el pasado y comenzar a hacer pequeños cambios que nos lleven por un camino de experiencias y aprendizajes, los cuales nos permitan decidir cambiar nuestro estilo de vida y procurarnos un futuro con mayor salud y calidad de vida.


¿Cómo comienzo a cambiar mi estilo de vida?


·         En primer lugar haz una lista con diez motivaciones.  Comparto con ustedes la mía:


1.       Tener un bebé antes de los 30 años y poder sentarme en el piso a jugar con él (ella).

2.     Amarrarme las trenzas de los zapatos con mayor facilidad (hacerme pedicure sin cortarme la respiración aplica aquí también).

3.       Subir escaleras sin cansarme.

4.       Recuperar la movilidad en general.

5.       Usar vestidos (Oh sí, siempre he querido uno largo, gris).


7.       Aguantar de pie 12 horas en un concierto de La Carlota.

8.       Correr un maratón (o varios)

9.       Usar un traje de baño blanco.

10.       No sudar en los aviones porque no me sirve el cinturón de seguridad.



·          Luego de esto compra (o recicla uno viejo) un cuaderno, ese será tu diario.  Como los que teníamos en la adolescencia, tu diario es privado, por ende a él no le debes mentir.  En él vas a escribir qué comes, a qué hora comes, qué actividad física haces, cómo te sientes, cuándo sientes ansiedad, qué te molesta y todo lo que te provoque alrededor del reto de transformar tu vida.  Lo más seguro es que después alguna editorial te lo compre y sea el libro el año.

·         Visita a un médico.  Hazte un chequeo general (perfil 20, tensión arterial, peso, estatura, IMC).  Público o privado, al que puedas asistir estará bien.  Necesitas saber cómo está tu salud para prever cualquier desajuste en tu organismo una vez empieces.

·         Comienza con pequeños cambios: cambia la manera de elaborar tus alimentos habituales. Bota los calderos, créeme, no los necesitarás en esta nueva etapa.  Aprende, lee, busca, investiga.  ¿Te gusta el plátano? Hazlo al horno, hervido.  ¿Te gusta el chocolate? Busca los oscuros, sin leche, sin azúcar, saben mejor de lo que parece.  ¿Vives en edificio? Toma el ascensor y quédate dos pisos más abajo del tuyo, sube a por las escaleras.  Cada día sube uno más hasta que no uses más el ascensor.  Saca a pasear al perro, cambia los domingos en los Centros Comerciales por un parque, plaza, ve a la playa, camina un rato sobre la arena, no tomes el tiempo solo contempla las olas del mar.  Pequeños cambios cada día, anota en tu diario cuál fue el cambio que hiciste hoy!

·         Prueba nuevos placeres de la vida.  Una de las razones básicas de nuestra obesidad es que comemos por todo: cuando estamos alegres, cuando estamos tristes, cuando queremos celebrar algo, durante un duelo, en fin, no sabemos hacer otro tipo de celebración que no implique una mesa llena de comida.  La vida es más que eso.

    Por ahora prueben con estas pequeñas cosas, escondan el peso y el espejo un tiempo, no se amarguen, recuerden que no es una dieta, es una vida nueva lo que queremos construir! Necesitamos mucho esfuerzo y ánimo, nunca es tarde cuando nos planteamos objetivos claros, sensatos y positivos.



Feliz tarde.

domingo, 13 de enero de 2013

¿En qué consiste mi reto?

Saludos a todos los que se han dado una pasadita por éste, mi blog.  Una vez leí en twitter esta frase: "si quieres obtener resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo", desde ese momento pensé en todas las dietas/regímenes/planes y desengaños que me he llevado en esto de recobrar la salud dándole cuatro patadas a esta enfermedad llamada obesidad: la dieta de la lechosa, régimen sin carbos, ni una dieta más, banda gástrica virtual, "chúpate un limón en la mañana" o el clásico "licúa una chayota, un pepino y una piña en la mañana y te tomas eso fondo blanco", toma centella asiática, los adaptógenos son buena opción.  La cuestión es que me puse a pensar que todo este peso tardó 26 años en llegar poco a poco a mi cuerpo, por ende no puedo pretender que de un día para otro "zaz" por arte de magia desaparezca.

En ese justo momento comencé a estudiar el tema y a buscar asesoría médica, psicológica, espiritual, nutricional y en actividad física, quinteto que jamás había consultado al mismo tiempo.  Así es que estoy comenzando ¡por fin! a hacer cosas diferentes.

Mi plan de alimentación:


Diariamente hago cinco comidas, hay días en los que aparece una sexta (después de entrenar da mucha hambre).  Mis comidas son pesadas/medidas, pero sin esclavitud al respecto.  Tomo por lo menos 12 vasos de agua al día; hasta hace como 5 años yo tomaba muchísima agua, desde ese tiempo para acá sinceramente se me olvida, tengo recordatorios en mi celular para que cada media hora me beba un vaso con agua.  un menú diario modelo consiste en lo siguiente:

Desayuno (8am):
1/2 taza de avena con agua y truvía (generalmente la pongo a remojar en la noche en la nevera).
3 claras de huevo revueltas con 1 rebanada de jamón de pavo.
1/2 manzana verde.

1era. Merienda (10:30am):
1 galleta de arroz inflado con mantequilla de maní (suena feo, pero sabe DI-VI-NO).

Almuerzo (12:30m):
150 gr de pollo cocido a la plancha con pimienta.
100 gr de vainitas al vapor.
100 gr de ensalada verde con aderezo ligero.

2da. Merienda (3:30pm):
1 Mandarina

Cena (6:30pm):
Caldo de vegetales.
Ensalada de atún.

Todas mis comidas son bajas en sal, uso sartén de teflón para minimizar el uso de aceites, pero si es necesario utilizo para cocinar el de canola y para aderezo el de oliva extra refinado.  La semana pasada hice una olla inmensa de caldo de pollo, lo desgrasé y condimenté con sal, cebolla y ají dulce, esto le sirve mucho a mi hermano para mitigar la ansiedad.

Mi plan de ejercicios:

Por ahora y durante los próximos dos meses mi plan de ejercicios se basa esencialmente en una caminata vigorosa durante 40 minutos, intento alternar los lugares para no aburrirme: Paseo Los Próceres, Parque del Este, Sabana Grande, Country Club, etc.  Mi rutina no puede ser más agresiva dado que debo cuidar mis rodillas y articulaciones ante posibles lesiones.  En casa hago una rutina completa con mancuernas de 1.5 Kg.
Me encuentro en este momento leyendo sobre yoga porque pienso iniciarme en marzo en esta disciplina física y mental.

Otra cosa que hago es llevar un diario de alimentación: un cuaderno en donde anoto todo lo que como, y en que porciones, me ayuda a ser más ordenada y consciente.

Pronto más tips y recetas, para la fecha he perdido 6 Kg, o sea que ¡¡¡si se puede!!!.

sábado, 5 de enero de 2013

Para el antojo: Nutella hecha en casa

Hoy en casa todos nos miramos a los ojos con un antojo mal de dulce.  Por más decididos que estémos, no podemos pretender volar de raíz todos nuestro (malos) hábitos alimenticios de un día para el otro.  Todo es parte de un proceso.

Por lo anterior decidí hacer este experimento que resultó en una crema deliciosa, capaz de calmar la ansiedad sólo con una cucharadita (de las pequeñitas, las que se usan para el café negro).  Acá les dejo la receta:

Crema de Avellanas y Cacao:


125 gramos de avellanas peladas.
3 cucharadas de cacao en polvo, sin azúcar.
4 sobres de stevia (truvía)
Agua potable necesaria

Preparación:

Se ponen las avellanas en un picatodo (o una licuadora de alta potencia), cuando logremos molerlas se le colocan las 3 cucharadas de cacao y los 4 sobres de truvía.  Cuando esté mezclado se le incorpora poco a poco el agua hasta que se haga una pasta bastante espesa, pero manejable.  Luego de eso se lleva a la nevera.

Es un rico, nutritivo y sano postre para compartir.

Las avellanas pertenecen a la familia de los frutos secos, proporcionan Vitamina E, ayudan a mantener la piel saludable, baja los niveles de colesterol "malo" y reduce la rápida absorción de azúcares por lo que se considera apta para pacientes con diábetes.

viernes, 4 de enero de 2013

Receta saludable: Tortitas de Calabacín

Hoy me motivé a tomarle fotitos a la comida que hago en casa y poder ir teniendo una especie de memoria visual de este proceso.  Esta receta la leí alguna vez en Internet, la modifiqué un poco y hoy la comparto con ustedes.

Ingredientes:

1 Calabacín grande
1/2 Taza de pimentón en tiritas
1/2 Taza de cebolla en cubitos
3 claras de huevo
1 pizca de sal

Preparación:

En una sartén de teflón de saltean la cebolla y el pimentón (sin aceite), se le agrega luego el calabacín rallado completico. Esperámos a que se enfríe la mezcla y se le colocan las 3 claras de huevos batidas con la pizca de sal.  Yo los coloqué en moldes de silicón individuales y los llevé al horno a 350°C por 15 minutos.


El Calabacín tiene un alto contenido de agua, de ahí surgen sus propiedades diuréticas, proporciona además Vitamina B, Vitamina C y beta carotenos al organismo.  Cada 100 gramos aporta sólo 15 calorías.  Es muy fácil de conseguir y tiene un costo (en Bs.) muy accesible.
  

Cuestión de motivación



Bajar de peso y recobrar la salud no es sólo cuestión de alimentarse sanamente y hacer actividad física, este proceso (engorroso por demás) implica tomar la seria decisión de hacer cambios trascendentales en nuestro estilo de vida.  Un día me paré frente del espejo y con serenidad analicé cada una de las partes que componen mi cuerpo, me senté en la cama e hice un escrito (que quizás algún día publique) en donde me describí a mi misma, definí todos los logros alcanzados en mis 25 años de vida (para el momento) y en todo lo que deseaba hacer mientras esté en ésta tierra: viajar por el mundo, correr en un maratón, tener un hijo, entre otras cosas.

Pues me di cuenta que en mi condición física por lo menos 8 de las 10 cosas que anoté son prácticamente imposibles.  Recordé las veces que sudé pensando que no me serviría el cinturón de seguridad del avión, o las veces que tuve que pararme a descansar antes de llegar a casa luego de una caminata, imaginé el dolor intenso que sentiría en mi columna al cargar el peso de mi bebé, sin describir lo que sentí al pensar que no podría sentarme en el piso a juagar con él.  Volví al espejo, miré mis ojos y me dije: “acá hay algo que sobra, que no me permite alcanzar mis sueños, eso debe desaparecer”.

Dejar de ser obeso no es una meta, es un camino por recorrer.  La meta es recobrar la movilidad, es sentirme bien, es poder liberarme de la cárcel de mi propio cuerpo y poder sonreírle a la vida de un modo distinto.  Cada quien debe buscar su motivación, es la manera de arrancar.  Cada paso nos pone más cerca de la meta, sólo la lluvia cae del cielo.  Vivamos un día a la vez.

martes, 1 de enero de 2013

Cuando el bypass se volvió moda



Tengo 26 años de edad, los mismos 26 siendo (llenita, gordita, rellena, grande, gorda) obesa.  Estoy en la escala en donde se nos señala de “mórbidos”, entendiéndose este renglón como los que poseemos un índice de masa corporal igual o superior a los 40 ptos.  La obesidad ha formado parte de mi vida desde que tengo uso de razón, mi círculo familiar sufre la enfermedad, cosa que no es extraña cuando verificamos nuestros estilos, horarios y la composición de nuestra comida, además de la constante ansiedad en la que vivimos y para más nuestro eterno sedentarismo.

Tengo aproximadamente dos años investigando sobre causas, consecuencias, me meto en cuanto foro consiga en internet, leo revistas, libros, escucho conferencias, entre otros, que me ayuden a mantenerme informada sobre los últimos avances en materia de salud y legislación sobre la obesidad como una enfermedad crónica y como una causa en incremento de la discapacidad motora. 
En este tiempo he visto más de cincuenta testimonios (sólo en Venezuela) de personas con treinta, veinte y hasta DOCE kilos demás, cuyo IMC no supera los 30 ptos, contar cómo “salvaron sus vidas” gracias a las bondades del bypass, balón, banda gástrica.  En ese momento me di cuenta, que el afán por la belleza clásica (la que vemos en los concursos, vallas publicitarias, etc.) trascendió del aumento de busto, hasta tomar la drástica decisión de cortarte más de la mitad de tu estómago y encadenarte “de por vida” a un tratamiento médico complicado y hasta costoso.

Ser flaca o flaco ha sido siempre una necesidad visual, social, comunitaria, más que una condición saludable, pareciera que esta premisa da paso a aceptar cualquier tratamiento, por invasivo que éste sea, que nos proporcione en menor tiempo y “sin sacrificios” llegar al peso-talla que siempre deseamos.

Luego de leer, analizar, verificar causas, efectos, métodos, etc., llegué a la conclusión que pareciera ser la más obvia, pero a la que nos cuesta tanto llegar: el único método efectivo para bajar de peso y mejorar nuestra salud no es otro que cambiar nuestros estilos de vida, tomar consciencia sobre cómo estamos perdiendo vida cada día que pasa, incorporar en la medida en que los vayamos descubriendo, nuevos elementos saludables al día a día y hacer de esto una premisa.  La prioridad es la salud, la vida, no la moda, lo banal, lo rápido. 

Que la vida no se nos convierta en un artículo de moda.