martes, 1 de enero de 2013

Cuando el bypass se volvió moda



Tengo 26 años de edad, los mismos 26 siendo (llenita, gordita, rellena, grande, gorda) obesa.  Estoy en la escala en donde se nos señala de “mórbidos”, entendiéndose este renglón como los que poseemos un índice de masa corporal igual o superior a los 40 ptos.  La obesidad ha formado parte de mi vida desde que tengo uso de razón, mi círculo familiar sufre la enfermedad, cosa que no es extraña cuando verificamos nuestros estilos, horarios y la composición de nuestra comida, además de la constante ansiedad en la que vivimos y para más nuestro eterno sedentarismo.

Tengo aproximadamente dos años investigando sobre causas, consecuencias, me meto en cuanto foro consiga en internet, leo revistas, libros, escucho conferencias, entre otros, que me ayuden a mantenerme informada sobre los últimos avances en materia de salud y legislación sobre la obesidad como una enfermedad crónica y como una causa en incremento de la discapacidad motora. 
En este tiempo he visto más de cincuenta testimonios (sólo en Venezuela) de personas con treinta, veinte y hasta DOCE kilos demás, cuyo IMC no supera los 30 ptos, contar cómo “salvaron sus vidas” gracias a las bondades del bypass, balón, banda gástrica.  En ese momento me di cuenta, que el afán por la belleza clásica (la que vemos en los concursos, vallas publicitarias, etc.) trascendió del aumento de busto, hasta tomar la drástica decisión de cortarte más de la mitad de tu estómago y encadenarte “de por vida” a un tratamiento médico complicado y hasta costoso.

Ser flaca o flaco ha sido siempre una necesidad visual, social, comunitaria, más que una condición saludable, pareciera que esta premisa da paso a aceptar cualquier tratamiento, por invasivo que éste sea, que nos proporcione en menor tiempo y “sin sacrificios” llegar al peso-talla que siempre deseamos.

Luego de leer, analizar, verificar causas, efectos, métodos, etc., llegué a la conclusión que pareciera ser la más obvia, pero a la que nos cuesta tanto llegar: el único método efectivo para bajar de peso y mejorar nuestra salud no es otro que cambiar nuestros estilos de vida, tomar consciencia sobre cómo estamos perdiendo vida cada día que pasa, incorporar en la medida en que los vayamos descubriendo, nuevos elementos saludables al día a día y hacer de esto una premisa.  La prioridad es la salud, la vida, no la moda, lo banal, lo rápido. 

Que la vida no se nos convierta en un artículo de moda.

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